Ian O’Neill
Universe Today\Ciencia Kanija
31/03/09
Hace aproximadamente un siglo, el 30 de junio de 1908 una enorme explosión detonó sobre la región despoblada de Rusia llamada Tunguska. Es probablemente uno de los misterios más perdurables de este planeta. ¿Qué podría haber causado una explosión tan descomunal en la atmósfera, con la energía de mil bombas atómicas como la de Hiroshima, alisando un área de bosque igual a Luxemburgo y aún así no dejando ningún cráter? No hay que pensar mucho para darse cuenta que el evento de Tunguska se ha convertido en un gran material para los escritores de ciencia-ficción; ¿cómo podría un estallido tan enorme, que sacudió el campo magnético de la Tierra e iluminó los cielos del hemisferio norte durante tres días, no dejar más marca que un puñado de aplastados y retorcidos árboles?
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Aunque existen muchas teorías sobre cómo se pudo haber desarrollado el evento de Tunguska, los científicos aún están divididos sobre qué tipo de objeto pudo haber impactado en la Tierra desde el espacio. Ahora un científico ruso cree que ha descubierto la mejor respuesta hasta el momento. La tierra fue visitada por un gran cometa, que rebotó en la atmósfera superior, dejando caer un trozo de material del cometa cuando lo hacía. Cuando el trozo del cometa se calentó mientras caía a través de la atmósfera, el material, empaquetado junto a compuesto químicos volátiles, estalló en la mayor explosión química que la humanidad haya visto nunca…
Hace 12 000 años, un gran objeto impactó en América del Norte, provocando una destrucción global. El polvo y cenizas liberados a la atmósfera dispararon un enfriamiento global y posiblemente causaron la extinción de un gran número de mamíferos de esa época. El evento de Tunguska fue un impacto catastrófico de energía similar, pero afortunadamente para nosotros, Tunguska tuvo un efecto benigno en el mundo. Simplemente estalló en la zona alta de la atmósfera, alisando una región de Rusia y evaporándose.
“Significativamente, la energía liberada en la explosión química es sustancialmente menor que la energía cinética del cuerpo”, dice Edward Drobyshevski de la Academia Rusa de las Ciencias en San Petersburgo, que ha publicado su investigación sobre el evento de Tunguska. El hecho de que la energía de la explosión de Tunguska es menor de la esperada para la energía cinética de un objeto que impacta en la Tierra procedente del espacio es clave para este trabajo. Drobyshevski concluye por tanto que el evento debe haber sido causado no por un asteroide o cometa completo, sino por un fragmento del material del cometa que cayó del cuerpo cometario principal cuando rebotó en la atmósfera superior. Esto significa que la Tierra fue golpeada en una tangente y el fragmento cayó relativamente lento hacia la superficie.
Hasta aquí suena razonable pero, ¿cómo estalló el fragmento? Usando nuestra nueva comprensión sobre los componentes químicos de los comentas, Drobyshevski conjetura que el fragmento era rico en peróxido de hidrógeno. Aquí es donde tiene lugar la magia. La explosión no se debió a una rápida liberación de la energía cinética, sino que de hecho fue una bomba de peróxido de hidrógeno. Conforme descendía el objeto, se calentaba. Cuando los químicos reactivos en el material se calentaron, se disociaron explosivamente para formar oxígeno y agua, destrozando el fragmento en partes. El evento de Tunguska fue por tanto una enorme bomba química y no un impacto cometario sobre la Tierra “común”.
Un estudio interesante. No contento con arrojar asteroides sobre nuestro planeta, el universo ha empezado a arrojar explosivos de peróxido de hidrógeno también. ¿Qué será lo siguiente?
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