jueves, 24 de julio de 2008

Tunguska, psicopatía y la sexta extinción

Laura Knight-Jadczyk
SOTT.net
Traducción por El Averiguador
30/05/08

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©Desconocido
Como se habría visto el objeto Tunguska.

Un día como hoy hace cien años, en la noche del 30 de junio y el 1ro de Julio, tuvo lugar uno de los más extraordinarios eventos de la historia moderna.

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Los primeros informes de una extraña luminosidad en el cielo vinieron desde toda Europa. Pasada la medianoche del 1ro de julio de 1908, los habitantes de Londres estaban intrigados de ver el cielo nocturno de color rosa fosforescente sobre la capital. Quienes dormían despertaron confundidos al observar la luz rosa resplandecer en sus habitaciones. La misma luminiscencia fue reportada sobre Bélgica. Curiosamente, se dijo que el cielo sobre Alemania era de un verde brillante, mientras que sobre Escocia era de un blanco increíblemente intenso que engañó a la flora y fauna como si fuera un amanecer. Las aves cantaron y los gallos cacarearon – a las dos en punto de la mañana. El cielo sobre Moscú era tan brillante, que se sacaron fotografías en las calles sin utilizar flash de magnesio. El capitán de un barco sobre el Río Volga señaló que podía divisar otros navíos a tres kilómetros de distancia gracias a la misteriosa luz astral. Un partido de golf en Inglaterra duró hasta las cuatro de la mañana bajo la luz nocturna, y a la semana siguiente, el Times of London fue inundado con cartas de lectores de todo el Reino Unido que informaban del curioso ‘falso amanecer’. Una mujer en Huntingdon escribió que pudo leer un libro en su habitación gracias a la peculiar luz rosada. Hubo cientos de cartas de personas que reportaron las mismas condiciones durante semanas… (Tom Slemen)
Ninguno de los testigos de este extraño fenómeno tenía idea que, en el centro de Siberia, apenas pasadas las 7:15 a.m. hora local, el planeta había sido golpeado por un impacto cometario que explotó, como la mayoría de estos impactos lo hacen, en la atmósfera por encima de la superficie terrestre.

Como era de esperar, hubo numerosos comentarios sobre el extraño cielo en los diarios y en informes científicos de aquel momento. Se propuso la teoría de que partículas de hielo se formaron, de alguna manera, a gran altura en la atmósfera y que estaban reflejando la luz solar. Otra teoría sugirió que había involucrado un extraño disturbio auroral. El astrónomo danés Kohl señaló que varios grandes meteoros habían sido recientemente observados sobre Dinamarca y sugirió que el polvo cometario en la elevada atmósfera podría ser la causa del fenómeno. Se estaba acercando, pero en general, no había acuerdo sobre lo sucedido.

Un diario de Irkutsk del día 2 de julio informó que, en un pueblo a más de 300 kilómetros del Río Tunguska, los pobladores habían divisado una bola de fuego más brillante que el sol acercándose a la tierra, seguido por una gran nube de humo negro, una llama de fuego y un fuerte y explosivo estruendo.
Todos los pobladores corrieron a las calles en pánico. Las mujeres mayores lloraban y todos creían que se acercaba el fin del mundo.
A unos 650 kilómetros al sudoeste de la explosión, a las 7:17 a.m. del 30 de junio, un conductor de trenes del Expreso Trans-Siberiano tuvo que detener su tren por temor a un descarrilamiento a causa de los temblores y la conmoción. En ciudades a 400-600 kilómetros de distancia, vientos huracanados entrechocaron puertas, ventanas y vajillas. Esto fue seguido en cuestión de minutos por ondas de choque que derribaron caballos y arrojaron personas que trabajaban en botes en el río.

A más de 750 kilómetros al sur de la explosión, un sismógrafo en la ciudad de Irkutsk cerca del Lago Baikal, y de la frontera con Mongolia, registró fuertes temblores.

Diarios siberianos locales contaron historias de una bola de fuego en el cielo, y una atemorizante explosión, pero para el otoño de 1908 estas historias ya se habían desvanecido, y pasaron desapercibidas en San Petersburgo, Moscú y el Oeste. La región era una de las más inaccesibles de la Tierra, en el centro de Siberia.

Los observadores más cercanos a la explosión eran arreadores de rebaños que dormían en sus tiendas sobre varios terrenos a unos 30 Km. del sitio. Volaron por el aire y quedaron inconscientes; un hombre que voló contra un árbol murió luego a causa de las heridas.
Temprano en la mañana cuando todos dormían en la tienda de campaña, la misma fue arrastrada hacia el aire con todos sus ocupantes. Algunos perdieron el conocimiento. Cuando lo recuperaron, escucharon una gran cantidad de ruidos y vieron el bosque en llamas a su alrededor, gran parte estaba devastado.

El suelo vibró y se escuchó un increíble y prolongado rugido. Todo alrededor estaba envuelto en humo y neblina por los árboles que caían en llamas. Eventualmente el ruido cesó y el viento se calmó, pero el bosque continuó quemándose. Muchos renos huyeron y se perdieron. (earthsci.org)
Miles de renos, en el área alrededor de la explosión, murieron. Numerosos campamentos y cabañas de almacenamiento pertenecientes a los arreadores que ocupaban la región fueron destruidos.

Los rumores de un extraordinario evento persistieron, transmitidos por geólogos y otros investigadores que trabajaban en el área. Estas historias llamaron la atención de un investigador de meteoritos, Leonard Kulik. Pero no fue hasta 1927 que finalmente pudo llevar una expedición al sitio de la explosión de 1908.
Kulik se bajó del ferrocarril Transiberiano en la estación de Taishet y sobre trineos tirados a caballos comenzaron una ardua odisea de tres días a través de 550 Km. de hielo y nieve, hasta que él y sus hombres llegaron al pueblo de Kezhma, situado sobre el Río Angara. En el pueblo, Kulik y su grupo de investigadores se reabastecieron de alimentos, luego lucharon en un viaje de tres días a través de áreas salvajes y sitios que no existían en los mapas de Siberia hasta llegar al pequeño pueblo de Vanavara el 25 de marzo.

Entonces Kulik intentó abrirse camino a través de los indomables bosques Siberianos, o ‘taiga’ como lo llaman los rusos, pero fue obligado a volver luego de que las tormentas de nieve por poco congelaron los caballos hasta la muerte. Durante tres días, Kulik tuvo que permanecer en el pueblo de Vanavara, pero durante este período entrevistó a muchos de los cazadores Evenki que habían sido testigos de la llegada al planeta de la bola de fuego.

Las historias del cielo abriéndose por la caída de un sol y de un gran rayo haciendo temblar el suelo hicieron que Kulik se entusiasmase incluso más en penetrar el taiga para encontrar su santo grial.

Cuando el clima mejoró, Kulik se dirigió al Valle de Tunguska. Cuando finalmente llegó al sitio de la misteriosa explosión, quedó boquiabierto. Observando la escena desde de punto panorámico, Kulik sacó su libro de notas y esbozó sus primeras impresiones del daño causado por el vándalo cósmico. Kulik escribió:
“Desde nuestro lugar de observación no se ve ninguna señal de la existencia de un bosque, ya que todo ha sido devastado e incendiado, y alrededor del límite del área muerta, los veinteañeros y jóvenes bosques se habían movido furiosamente hacia delante, en busca de luz solar y vida. Uno experimenta una extraña sensación cuando se observan esos gigantes árboles de veinte a treinta pulgadas de grosor tirados como pequeñas ramas, y sus copas lanzadas a varios metros de distancia.”

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©Desconocido - Resultado de la explosión de Tunguska

Hubo tres expediciones posteriores al sitio de la explosión de Tunguska, todas ellas comandadas por Kulik. En 1941, Hitler atacó Rusia. Leonid Kulik, de 58 años, se ofreció voluntario para defender Moscú, pero fue herido por los Nazis. Fue capturado por las tropas germanes y puesto en un campo de prisioneros donde murió a causa de sus heridas [Tom Slemen]
La energía de la explosión ha sido calculada en base a los bosques arrasados y por las pequeñas ondas de presión que viajaron a la velocidad del sonido y que fueron registradas por barógrafos alrededor del mundo incluyendo estaciones entre Cambridge, a 80 Km. al norte de Londres, y Petersfield, 70 Km. al sur. Es interesante que a los meteorólogos ingleses les tomara veinte años para hacer la conexión entre sus registros y la devastación en Tunguska. Aquellas ondas no se asemejaban a ninguna registrada hasta ese momento pero eran similares a las obtenidas por la explosión de una bomba de hidrógeno. Parece que el impacto tuvo una energía de 30 a 40 megatones, varias docenas de bombas de hidrógeno.

De acuerdo a John Baxter y Thomas Atkins, en su libro The Fire Came By, la explosión produjo un enorme ‘pilar de fuego’, y la columna cegadora fue visible a cientos de kilómetros. Las series de estruendos que siguieron se escucharon a 700 Km. de distancia o más.

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©Desconocido - Como se habría visto la explosión de Tunguska

El ruido de la explosión ensordeció a aquellos cerca de la misma. A raíz de que, una corriente de aire caliente originado por el fuego en el cielo atravesó los bosques. Elevados coníferos fueron quemados e incendiados y los fuegos duraron días. Residentes de Vanavara, un pequeño lugar comercial a sesenta kilómetros de distancia, sintió la furia del calor. Algunas personas fueron lanzadas hacia el aire cuando la onda de choque llegó; trozos de césped fueron arrancados, los techos colapsaron, y ventanas quedaron destrozadas.

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©Desconocido - Resultado de la explosión de Tunguska

En este caso, la fecha de la caída, el 30 de junio, corresponde al paso de la Tierra a través del máximo del flujo Beta Taurino. Teniendo en cuenta esto y su trayectoria, parece que el objeto Tunguska era parte del complejo Taurino. Probablemente la Tierra haya pasado a través de un enjambre dentro de la corriente.

La investigación científica llevada a cabo por Kullik en 1927 reveló que cerca del centro de la explosión muchos árboles todavía estaban de pie, a pesar de no tener ramas ni hojas. Más alejado del centro de explosión los árboles fueron arrancados y arrojados al suelo, formando círculos concéntricos con las bases de los mismos apuntando hacia el centro de la explosión. Toda esta evidencia apunta al hecho de que la explosión seguramente haya ocurrido en el aire.

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©Desconocido - Esta imagen muestra las direcciones de la explosión

El acontecimiento, este siglo, de un impacto con la energía de una gran bomba de hidrógeno merece un análisis. Si el incidente ocurriera hoy, probablemente dispararía la Tercera Guerra Mundial. Solo unas horas antes o después y el impacto podría haber sido sobre una gran ciudad o área urbana. Pero eso no fue lo que sucedió. Como se ha dicho, fue veinte años antes que alguien pudiera saber lo que HABÍA sucedido. Esto fue en parte por el hecho de que los rusos en 1908 estaban de cierta manera ocupados con la política. El año anterior, 1907, el zar Nicolás, se había encontrado a si mismo frente a los revolucionarios que estaban siendo elegidos en grandes números al recién creado parlamento – el Duma. La eventual revolución comenzó en 1918. Se podría decir que el evento Tunguska fue una señal de cosas por venir. Y quizás en más formas de las que nadie se hubiese imaginado.

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©Desconocido - Este diagrama muestra el área de daños en Tunguska comparado al tamaño de Washington D.C.

Ochenta y seis años después, en julio de 1994, hubo otra señal: fragmentos del Cometa Shoemaker-Levy impactaron Júpiter.

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©Desconocido

Si fueron capaces de tildar al evento de Tunguska como un tiro de suerte, los científicos no pudieron negar fácilmente el espectáculo de una serie completa de cometas impactando sobre otro planeta en nuestro sistema solar, uno atrás de otro, mientras el planeta giraba en el espacio. El mismo año, un libro titulado Peligros a causa de cometas y asteroides fue publicado en reacción a este inminente evento. El libro es una colección de informes a los que me he refererido en esta serie. Uno de los informes en el libro señala:
Nuestra comprensión de la historia de la Tierra y sus habitantes está sufriendo un cambio radical. El proceso gradual de evolución y cambio geológico está marcado por catástrofes naturales a escala colosal, catástrofes que resultan de colisiones de grandes asteroides y cometas con la Tierra. Esto es, para utilizar un término popular, un “cambio de paradigma”.

Este “nuevo catastrofismo” no difiere de las revoluciones que surgieron por el sistema solar heliocéntrico de Copérnico, o la evolución Darwiniana, o el Big Bang. Retrospectivamente, tales ideas revolucionarias siempre parecieron obvias. Leyendo el Origen de las Especies, Thomas Huxley simplemente remarcó: “¿Por qué no pensé en ello?” Ahora, mirando a la Luna, nos encontramos imaginándonos porque tardamos tanto en preguntarnos si el proceso que llenó de cráteres su superficie todavía continúa. (Robert L. Park de la Sociedad Física Americana, Lori B. Garver de la Sociedad Espacial Nacional y Terry Dawson, miembro del Comité Nacional de Ciencia, Tecnología y Espacio trabajando para el entonces jefe del Comité, George Brown )
Déjenme repetir la observación más importante:
Nuestra comprensión de la historia de la Tierra y sus habitantes está sufriendo un cambio radical. El proceso gradual de evolución y cambio geológico está marcado por catástrofes naturales a escala colosal...
Esta podría ser la declaración más subestimada del milenio.

Se ha sugerido por una cierta cantidad de investigadores que los problemas del actual “cambio climático” son originados por el pasaje de la tierra a través de nubes de polvo cósmico y todo el teatro sobre del calentamiento global es simplemente para encubrir este hecho. El astrofísico Víctor Clube sugiere que es una nube de polvo cósmico cometario, restos de un cometa gigante destruido que, durante un gran período de la historia de la Tierra, amenazó y bombardeó nuestro planeta con fragmentos que destruyeron civilizaciones de forma inexpresable, es decir, el progenitor del flujo Taurino, incluyendo al cometa de Tunguska. Clube también sostiene que estos eventos fueron la base para la formulación de las ideas humanas sobre el cosmos, dios y la religión e incluso la astrología. Con el tiempo, a medida que el cometa gigante perdió la mayoría de su masa en su furia Titánica, desvaneciéndose en cada vez más ocasionales bombardeos destructores de civilizaciones, nuestras concepciones de los dioses cambiaron; la realidad fue arrojada por la ventana en favor de cuentos de hadas tanto para la ciencia como para la religión, por no mencionar a la astrología. Escribe:
Hace tres mil años, de acuerdo con la práctica secular, los reyes de Babilonia aún empleaban sacerdotes-astrónomos para dar aviso de visitas cósmicas. Hace un millar de años, los emperadores de China aún confiaban en habilidades similares, mientras que en Europa el Papa veía mensajes en el firmamento y apremiaba a la Guerra Santa. Pero esto último constituía una aberración; durante los últimos dos milenios y medio hemos contemplado el ocaso y la caída de los dioses del firmamento, y la creciente suposición de que el cosmos es estable y regular. El desplazamiento de paradigma ha sido inconsciente, conveniente, insidioso y concienzudo. Probablemente, el redescubrimiento de una tradición perdida de catástrofe celeste no se podía haber hecho sólo a través del análisis de textos antiguos; tenía que suministrar una clave, como así lo ha hecho, la parafernalia de la ciencia moderna. Constituye una saludable lección tanto sobre la capacidad del razonamiento humano de permanecer en el error durante largos períodos de tiempo, como sobre la unidad esencial del conocimiento.

Sin embargo, sería ingenuo pensar que basta simplemente con señalar profundas grietas en la estructura del conocimiento moderno para tener a especialistas disponiendo y construyendo un marco mejor dentro del cual la humanidad pudiese planificar su futuro. Hay un considerable capital intelectual invertido en el statu quo, lo bastante como para asegurar que aquellos que tienen interés en conservarlo, el "ilustrado" y el "oficial", continuarán presentándonos el cosmos bajo una forma convenientemente pacífica. La historia de las ideas revela que algunos irán todavía más lejos y actuarán como una especie de policía del pensamiento, fustigando a los potenciales desviados de la norma. Para ellos, los poderes temporales tienen preeminencia sobre el destino de las especies. (Víctor Clube, El Invierno Cósmico)
Este problema del ‘statu quo’ y de la ‘policía del pensamiento’ no es un tema menor. En esta serie de artículos, que fueron realizados gracias al libro de Mike Baillie Nueva Luz sobre la Peste Negra, repetidamente nos hemos enfrentado cara a cara con el hecho obvio de que aquellos en posiciones de poder y autoridad mienten a las masas de la humanidad como regla y no como excepción.

Una y otra vez hemos discutido en esta serie los bombardeos cometarios históricos, las consecuencias para la humanidad ya son lo suficientemente terribles como para comenzar, pero fueron exacerbadas y capitalizadas por personas patológicas, que se encargaron de encubrir la verdad con mentiras. Peor aún, una y otra vez hemos observado que las masas de la humanidad, los que más sufren estos asaltos y manipulaciones, parecen estar bien dispuestas a ser engañadas sin reparar en su propia muerte y destrucción (con solo brindarles algo cálido en qué creer y un chivo expiatorio que culpar). En el presente, vemos este fenómeno escenificado a escala global en tiempo real y seguimos agitando nuestras cabezas y preguntando ‘¡¿por qué?!’ ¿Qué pasa en nuestro mundo, en nuestra cultura actual, con los seres humanos que ocupan nuestro planeta, que hace surgir esta extraña condición en que las mentiras se prefieren antes que la verdad, y la muerte antes que la vida?

Como he mencionado en diversas oportunidades, lo que veo repetidamente es un pequeño grupo de personas en el planeta que dirigen a las masas, quienes no tienen en cuenta los intereses de la humanidad – otra eufemismo asombroso, pero estoy en un rollo así que ¿por qué parar ahora? Lo que veo es un esfuerzo constante – y mayormente exitoso – de este pequeño grupo por imponer el totalitarismo bajo un pretexto u otro – desde la política a la religión y en todos los campos de la ciencia – del mundo entero. Una y otra vez utilizan los desastres como medios para consolidar su poder. Lean el libro The Shock Doctrine (La Doctrina del Shock) de Naomi Klein, para tener una buena impresión de cómo funciona esto ahora, y como ha funcionado siempre. ¡Nada nuevo bajo el sol!

Paralelamente a la creciente conciencia de la patología en el poder, está la creciente investigación entre unos pocos científicos e investigadores disidentes demostrando claramente que los desastres cometarios son cíclicos y que es completamente posible que todavía haya unos cuantos cartuchos en el flujo meteórico Taurino. También es posible que haya nuevos enjambres de cometas dirigiéndose hacia nosotros como parecen indicar eventos de ‘calentamiento global’ y ‘adquisición de lunas’ por parte de otros planetas. Algo está sucediendo definitivamente en nuestro sistema solar y necesitamos saber qué es. Lo que parece seguro es que si los desastres existen en nuestro futuro, serán vistos por la élite como tan solo otra oportunidad de utilizar sus tácticas de Shock para consolidar su poder sobre el globo entero.

En su libro Los orígenes del totalitarismo, Hannah Arendt lucha colosalmente con el problema, sin llegar a una completa explicación o solución. Después de todo lo que vio, todo lo que experimentó, todas sus investigaciones, en la introducción escribió:
Dos guerras mundiales en una generación, separadas por una ininterrumpida cadena de guerras y revoluciones locales, seguidas por ningún tratado pacífico para los derrotados y ningún respiro para los vencedores, han concluido en la anticipación de una tercera Guerra Mundial entre los dos restantes poderes mundiales. Este momento de anticipación es similar a la calma que se establece luego que toda esperanza ha muerto. Ya no esperamos una eventual restauración del viejo orden mundial con todas sus tradiciones, o una reintegración de las masas de los cinco continentes quienes han sido arrojadas al caos gracias a la violencia de las guerras y revoluciones y la creciente decadencia de todo lo que se salvó. Bajo las más diversas condiciones y dispares circunstancias, estamos observando el desarrollo del mismo fenómeno – personas sin hogares a una escala sin precedentes, un desarraigo de una profundidad sin precedentes.

Nuestro futuro nunca ha sido más imprevisible, jamás hemos dependido tanto de fuerzas políticas en las que no se puede confiar para seguir las reglas del sentido común e interés propio – fuerzas que se ven como verdaderas locuras, si se juzgan por los estándares de otros siglos. Es como si la humanidad se haya dividido entre aquellos que creen en la omnipotencia humana (que creen que cualquier cosa es posible si se sabe como organizar a las masas para hacerlo) y aquellos para quienes la impotencia se ha convertido en la mayor experiencia de sus vidas.

Al nivel de conocimiento histórico y pensamiento político prevalece un acuerdo general mal definido de que la estructura esencial de todas las civilizaciones se encuentra en un punto crítico. Aunque parece mejor preservada en algunas partes del mundo que en otras, en ningún lugar se puede proveer orientación sobre las posibilidades de este siglo, o una respuesta adecuada a sus horrores. La esperanza y el miedo desesperado, a menudo parece más cercano al centro de esos eventos que el juicio y la observación equilibrada. Los eventos centrales de nuestra era no son olvidados menos eficazmente por aquellos comprometidos con creencias de una fatalidad inevitable, que por aquellos que se han rendido ante el imprudente optimismo. […]

Este libro […] fue escrito con la convicción de que debería ser posible descubrir la mecánica oculta mediante la cual los elementos tradicionales de nuestro mundo político y espiritual han sido disueltos en una conglomeración donde todo parece haber perdido valor específico, y se ha vuelto irreconocible para la comprensión humana, inutilizable para fines humanos. Ceder ante el mero proceso de desintegración se ha vuelto una tentación irresistible, no solo porque ha asumido la falsa grandiosidad de “necesidad histórica”, sino también porque todo fuera de ella ha comenzado a verse sin vida, incruento, sin sentido, e irreal.

La convicción de que todo lo que sucede en la tierra deberá ser comprensible para el ser humano puede llevar a interpretar la historia como cuestiones comunes. La comprensión no significa negar lo atroz, deducir sin precedentes de los precedentes, o explicar los fenómenos por medio de semejantes analogías y tales generalidades que el impacto de la realidad y la conmoción de la experiencia ya no se sientan. Significa, más bien, examinar y tomar conciencia de la carga que nuestro siglo ha puesto sobre nosotros – no negar su existencia ni someterse dócilmente a su peso. La comprensión, en definitiva, significa enfrentar de una forma atenta y no premeditada... a la realidad.

En este sentido, debe ser posible enfrentar y entender el hecho atroz de que un pequeño (y, en la política mundial, tan poco importante) fenómeno como la cuestión judía y el antisemitismo podrían convertirse en el agente catalizador de, primero, el movimiento nazi, luego una guerra mundial, y finalmente el establecimiento de fábricas de muerte.[...] o la curiosa contradicción del “realismo” cínico declarado de los movimientos totalitarios y su notable desdén de toda textura de realidad.

El intento totalitario de conquista global y dominación total ha sido la destructiva manera de salir de todos los impases. Su victoria podría coincidir con la destrucción de la humanidad; donde quiera que se ha pronunciado, ha comenzado a destruir la esencia del hombre. (Hannah Arendt, Summer, 1950)
Los comentarios y observaciones de Hannah sobre nuestro mundo, provenientes de su propio dolor y experiencias, nunca han sido más conmovedores que hoy, momento en que enfrentamos exactamente lo que estaba describiendo: Totalitarismo Global expandiéndose como una poderoso gigante con el final de la humanidad a la vista. Y nunca antes hemos visto más claramente la característica del tipo autoritario que Hannah también observó: “'realismo' cínico declarado y su notable desdén de toda textura de realidad”. Si deseas ver un espectacular retrato de este tipo de individuo, consigue una copia de Leones por corderos y observa a Tom Cruise ofrecer una actuación fabulosa.

Aquí en SOTT discutimos regularmente el problema de la desviación patológica y como la patología puede conducir a un individuo a buscar el poder por sobre los demás. Hemos traído a la luz el trabajo de Andrzej Lobaczewski, Ponerología Política, y esto nos brinda un marco de trabajo en el cual la historia del mal – (particularmente el mal político) puede ser comprendida.

Hasta donde puedo decir, Hannah Arendt no consideró los problemas de la patología y de qué manera funciona en la sociedad como elemento de corrupción, y tampoco consideró que el judaísmo y sus hijos, el cristianismo y el islam, podrían ser portadores de la enfermedad del totalitarismo. En este sentido, es realmente importante adquirir conocimiento sobre cómo fueron creadas las religiones y por quienes – generalmente personas patológicas – y cómo son utilizadas, en combinación con la política, para controlar a las masas. Esto, por supuesto, nos lleva de vuelta al problema de los cometas en nuestro cielo y sus impactos sobre el planeta.

En realidad, luego de escribir bastante sobre el tema, se me ocurre que los cometas podrían, ciertamente, tener mucho que ver que el mayor problema social existente en nuestro planeta hoy en día: psicópatas.

Uno podría preguntarse razonablemente: ¿Existe aquí un proceso evolutivo en funcionamiento? Es evidente que, impresionantes números de personas mueren repetidamente cuando depositan su confianza en mentiras y mentirosos. Y casi siempre los mentirosos en el poder se encuentran en situaciones difíciles como consecuencia de su gran caso omiso de los hechos. Obviamente, si la evolución está en funcionamiento aquí, esos individuos – y sus hijos que creen en las mentiras serían, en última instancia, eliminados de la reserva genética común. Lo que sucede con aquellos que, como sugiere Arendt, intentan comprender, entender y enfrentar los hechos de nuestra realidad, queda por verse. Como ella también afirma, esta comprensión no debe negar lo atroz, ni intentar de deducir sin precedentes de los precedentes.

Verán, evolutivamente hablando, los psicópatas no deberían de existir. A través de la historia puede observarse que los seres humanos han necesitado cooperar y cuidarse los unos a los otros para sobrevivir y para producir una nueva generación que llevará adelante los procesos sociales. La mayoría de las dinámicas humanas se basan en personas que tratan de resolver sus problemas llegando a resoluciones en acorde al mayor número o, por lo menos, de la interacción entre dos personas. La cuestión de la confianza es primordial. Alguien que traiciona tu confianza es alguien con el que no puedes vivir ni trabajar. En consecuencia, los psicópatas, que no son de confiar, deberían haberse extinguido hace mucho tiempo. Pero así no son las cosas. Pareciera, de hecho, ¡que la psicopatía ha aumentado!

Como podemos observar a través de la historia hasta el presente, ser el único psicópata en un grupo de personas confiables puede ser muy bueno para el psicópata. A medida que el grupo crece, pueden acomodar a más psicópatas. Parece ser que cuando el número de personas que llevan el gen de la psicopatía es lo suficientemente pequeño, aquellos pocos que lo llevan pueden alcanzar un fenomenal éxito de reproducción. Según lo explica Glenn Whitman:
Lo bueno de esta explicación es que no sólo explica por qué existen los psicópatas, sino que también el por qué no todos somos psicópatas. Si hay unos cuantos psicópatas en la población, entonces ser psicópata tiene sentido porque mayormente saldrás victorioso de los enfrentamientos con personas normales. Pero si hay demasiados psicópatas, entonces las probabilidades de sacar ventaja de la buena gente sería minimizada por las pérdidas de confrontar a otros psicópatas. En el balance, tendrás a psicópatas y a gente buena, con cada estrategia generando resultados aproximadamente similares, y con el preciso balance determinado por las relativas recompensas de las diferentes interacciones.

El problema es, como sabemos, que vivimos en una época en la que la psicopatía parece haberse incrementado casi exponencialmente. Más aún, como señala Hannah Arendt – y nunca ha sido más real que hoy en día – una amplia revisión de la historia indica que los psicópatas están ganando y eso significa la destrucción para todos, incluidos los psicópatas.

Lo que nos lleva al problema: la psicopatía siendo lo que es y haciendo lo que hace, ciertamente debería haber ocasionado la destrucción total de la raza humana hace mucho tiempo de haber existido a lo largo del desarrollo de la humanidad. Y eso sugiere que no fue así. De hecho, los estudios de Marija Gimbutas indican que hubo un tiempo en el que la psicopatía no estaba “en la cima”.

Hasta donde podemos llegar en los registros arqueológicos; es decir, ‘ciencia real’, encontramos que la adoración de las Grandes Divinidades Celestiales era el acto de veneración del Universo y todo dentro de él como cuerpo viviente de la Diosa-Madre-Creadora. Esta divinidad era simbolizada por una doble línea de agua – el océano cósmico de potencial/activación, así como también la humedad de la vida que emanaba del cuerpo de la Diosa y de todas las mujeres como sus representantes en la tierra; los océanos y mares, ríos y manantiales.

Ella era la Diosa del cielo, y la Tierra era su vientre y todo sobre ella eran sus hijos. El “Hijo/Rey-Sol” moría cada año y renacía con el paso de las estaciones. Ritos y rituales eran llevados a cabo para asegurar el renacimiento del “Hijo-Sol” a través del “vientre de la Tierra”, el órgano generador de la Madre Cósmica. Existía una pureza y una inocencia…una pastoral, arcaica simplicidad y simetría para la vida. Hombres y mujeres eran iguales en importancia como “Hijos Gemelos” de la Diosa.

Las mujeres eran honradas y apreciadas en sus tres manifestaciones: la virgen-futura-madre; la madre-nutriente; y la vieja-madre de sabiduría. Los hombres eran compañeros y protectores de las mujeres, y por lo tanto protectores de si mismos ya que todos eran nacidos y nutridos por las mujeres. La energía masculina servía a la femenina porque la femenina servía a la masculina; existía un ciclo de energía, sinergia, simetría y balance.

Las líneas onduladas de agua, el Mar Cósmico de la Madre, fueron, en algún punto, corrompidos en el símbolo de la serpiente; se comenzó a asociar a la mujer con la serpiente en lugar de las Estrellas; y todo ha ido cuesta abajo desde entonces. Este evento es descrito en Génesis 3:19 donde Yahvé le dice a Adán: “Con el sudor de tu rostro comerás el pan hasta que vuelvas a la tierra, porque de ella fuiste tomado; pues polvo eres, y al polvo volverás.”

Aquí, el ‘polvo’ o la Tierra, es denigrado y tildado de insignificante en el mismo pasaje como a la mujer misma, es denigrada y tildada de tentadora. Pero, las Diosas de las religiones preexistentes, la tierra, a partir de la cual nacía la vida, NO era polvo, ¡sino que estaba viva como el vientre de la Diosa misma! Y, a juzgar por la masiva evidencia recogida por Marija Gimbutas, este era el más antiguo y global orden de pensamiento, precedente y subyacente a todos los demás mitos, ¡y anterior a los panteones dominados por hombres por muchos miles de años!
El tema principal del simbolismo de la Diosa es el misterio del nacimiento y la muerte y la renovación de la vida, no solo humana, sino todas las formas de vida sobre la tierra y ciertamente, de todo el cosmos. Símbolos e imágenes se agrupan alrededor de la Diosa partenogenética y sus funciones básicas como Dadora de Vida, Ejecutora de la Muerte, y, no menos importante, como Regeneradora, y todo gira alrededor de la Tierra Madre, la vieja y joven Diosa de la Fertilidad, que nace y muere con la vida vegetal. Ella era la única fuente de toda la vida y quien tomó su energía de los manantiales, del sol, la luna y la tierra húmeda. Este sistema simbólico representa al tiempo cíclico, y no al lineal. En el arte se manifiesta mediante señales de movimiento dinámico: rotaciones en espirales…” [Gimbutas, 1989]

En algún momento la Diosa, o fuente de la humedad y de todas las formas de vida, fue identificada con la serpiente-tentadora y se convirtió en la malvada tentadora. Hay cierta dificultad en desatar los cabos de los actuales sistemas simbólicos conocidos de los cuales existen dos en la actualidad: uno que refleja a la cultura matriarcal-serpentaria, y el otro que refleja la cultura masculina-militarista-serpentaria. El hombre y la mujer, antes unidos como los “Gemelos de la Creación”, y que, en su unión podían “controlar” a la serpiente, se convirtieron en opuestos el uno al otro; desequilibrados, antagónicos, no-compañeros. El benevolente “Hijo-Rey”, el líder del grupo, ya no era sostenido y apoyado por la energía femenina, canalizada por la Diosa a través del “Árbol”, en el cuerpo de la Diosa representante sobre la Tierra, Mujer, sino que en cambio se convirtió en el “asesino” masculino de la serpiente Y el controlador/opresor de la Diosa, ¡que se convirtió en la ejemplificación de la tentación y, en ocasiones, consorte de la serpiente!

En algún punto, los antiguos dicen que Eva traicionó a Adán, Caín asesinó a su hermano Abel, y la psicopatía se salió de control en nuestro planeta.

¿Quién era esta serpiente? ¿Cuáles son los indicios que apuntan a su aparición en la escena? ¿Dónde? ¿Cuándo?

Tunguska fue la primera clave a este problema.

Si no hubiese sido por el impacto cometario en Tunguska de hace cien años, y luego por los impactos de Shoemaker-Levy sobre Júpiter ochenta y seis años más tarde, nuestra atención no hubiese sido atraída hacia ciertos aspectos de nuestra historia que han sido cuidadosamente encubiertos, ni tampoco hacia los efectos de esas mentiras y distorsiones de nuestro mundo actual. De alguna manera, los psicópatas y cometas están intrincadamente relacionados; es posible, incluso, que las mismas fuerzas cósmicas que envían cometas en nuestra dirección hayan “creado” a los psicópatas. Esto es lo que deseo explorar en los informes finales de esta serie de artículos.

Manténganse sintonizados, nuestra próxima parada es sobre el final de la Última Era Glacial, cuando la Serpiente Cósmica hizo su aparición en la escena y los procesos que han llevado a nuestra participación en la Sexta Extinción en camino.

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