Casey Kazan & Rebecca Sato
dailygalaxy.com / Sott.net
Traducción: El Averiguador
26/06/2009
Stephen Hawking cree que uno de los factores más importantes en la posible desaparición de la vida inteligente en nuestra galaxia, es la elevada probabilidad de que un asteroide o cometa colisione con planetas habitados. “Hemos observado”, señala Hawking en Vida en el Universo, “el choque de un cometa, el Schumacher-Levi, con Júpiter, que produjo una serie de enormes bolas de fuego, expulsadas a varios miles de kilómetros de altura, calientes “burbujas” de gas en la atmósfera, y grandes y oscuras "cicatrices" sobre la atmósfera que duran semanas”.
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Se cree que la colisión de un pequeño cuerpo con la Tierra, hace unos 70 millones de años, fue la responsable de la extinción de los dinosaurios. Unos pocos mamíferos pequeños sobrevivieron, pero cualquier cosa del tamaño de un ser humano, hubiera sido eliminada.
A través de la historia de la Tierra, estas colisiones ocurren con un promedio de una vez cada un millón de años. Si esta cifra es correcta, podría significar que la vida inteligente en la Tierra solo se ha desarrollado gracias a la suerte de que no hubo grandes colisiones en los últimos 70 millones de años. Otros planetas de la galaxia, cree Hawking, sobre los cuales se ha desarrollado vida, puede que no hayan dispuesto del tiempo suficiente como para evolucionar seres inteligentes.
“La amenaza de un impacto de un asteroide sobre la Tierra es cada vez más aceptada como el único y más grande peligro de desastre natural que enfrenta la humanidad”, según Nick Bailey del equipo de la Universidad de Ingeniería de Southampton, que ha desarrollado un programa de identificación de amenazas.
El equipo utilizó información de múltiples simulaciones de impactos para posicionar a cada país basándose en el número de veces y qué tan severamente serían afectados por cada impacto. El software, llamado NEOimpactor (del programa de Objetos Cercanos a la Tierra – NEO de la NASA), ha sido desarrollado específicamente para medir el impacto de ‘pequeños’ asteroides de menos de un kilómetro de diámetro.
Los primeros resultados indican que en términos de pérdida de población, China, Indonesia, India, Japón y EEUU enfrentan la mayor amenaza; mientras que EEUU, China, Suecia, Canadá y Japón enfrentan las más severas consecuencias económicas por la infraestructura destruida.
Los diez primeros países con mayor riesgo son China, Indonesia, India, Japón, EEUU, Filipinas, Italia, Inglaterra, Brasil y Nigeria.
“Las consecuencias para las poblaciones humanas e infraestructura como resultado de un impacto son enormes”, dice Bailey. “Hace casi 100 años una remota región cerca del Río Tunguska fue testigo del mayor impacto de asteroide en la historia registrada cuando un objeto relativamente pequeño (aproximadamente 50 metros de diámetro) explotó en el aire. Mientras que solo arrasó un bosque inhabitado, de haber explotado sobre Londres hubiera devastado toda el área del M25. Nuestros resultados consideran a aquellos países que enfrentan el mayor riesgo de estos peligros naturales globales y por lo tanto indican qué naciones necesitan participar en la mitigación de la amenaza”.
¿Qué sucedería a la especie humana, y a la vida sobre la Tierra en general, si un asteroide del tamaño de aquel que produjo el famoso evento K/T hace 65 millones de años al final de la Era Mesozoica produciendo la extinción de los dinosaurios impactara en nuestro planeta?
Como dice Stephen Hawking, el consenso general es que cualquier cometa o asteroide mayor a 20 kilómetros de diámetro que golpee la Tierra, resultará en la completa aniquilación de la vida compleja – animales y plantas. (El asteroide Vesta, por ejemplo, uno de los objetivos de la Misión Dawn, es del tamaño de Arizona).
¿Cuántas veces solo en algún planeta distante de nuestra galaxia la vida ha evolucionado de igual manera que nuestras plantas y animales solo para ser destruidos por un impacto? La historia galáctica sugiere que podría ser una ocurrencia común.
Lo primero a comprender sobre el evento KT es que fue absolutamente enorme: un asteroide (o cometa) de 10 a 15 kilómetros de diámetro se abrió paso por la atmósfera terrestre a 40.000 km/h cayendo en la región de Yucatán en México con una fuerza de 100 megatones – el equivalente de una bomba de Hiroshima por cada persona viva en la tierra en la actualidad. ¡Un escenario no muy agradable!
Cálculos recientes muestran que nuestro planeta ingresaría en otro evento del tipo “Bola de Nieve” como el ocurrido hace 600 millones de años, cuando se cree que los océanos se congelaron (aunque algunos científicos discuten esta hipótesis – ver link debajo).
Mientras que bacterias microbiológicas podrían sobrevivir a semejantes impactos, nuestro nuevo entendimiento del registro de las extinciones masivas de la tierra, muestra claramente que las plantas y animales son muy susceptibles a la extinción cuando se trata de un impacto.
El promedio de impactos depende de cuantos cometas y asteroides existan en un sistema planetario en particular. En general se produce un gran impacto cada un millón de años – un simple pestañeo en tiempos geológicos. También depende de qué tan seguido estos objetos son perturbados de órbitas seguras paralelas a la tierra hacia nuevas orbital que cruzan la de la tierra y que podrían, tarde o temprano, resultar en un catastrófica extinción masiva del tipo K/T o Permiano.
El asteroide que impactó sobre Vredefort en la Provincia Free State en Sudáfrica es uno de los impactos más grandes sobre la tierra, estimado en más de 10km de ancho, aunque muchos creen que el tamaño original de la estructura del impacto pudo haber sido de 250km de diámetro, o quizás más (como el cráter de Wilkes Land en la Antártida, de confirmarse como el resultado de un impacto, es incluso más grande, de unos 500km). La ciudad de Vredefort está situada en el cráter.
Con 2.023 millones de años, es el más antiguo cráter de impacto descubierto en la tierra hasta el momento, con un radio de 190km, es también el más profundamente erosionado. Vredefort Dome es testigo del mayor evento de emisión de energía conocido, que produjo devastadores cambios globales, incluyendo, según varios científicos, grandes cambios evolutivos.
Lo que ha mantenido “segura” a la Tierra, al menos en los últimos 65 millones de años, más que pura suerte es el masivo campo gravitacional de Júpiter, nuestro guardián cósmico, con su estable orbita circular lejos del sol, lo cual asegura un bajo número de impactos que resultan en masivas extinciones al desviar a la mayoría de los cometas y asteroides que cruzan la orbita de la Tierra
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