martes, 29 de diciembre de 2009

Resuelto un esponjoso misterio en el borde del Sistema Solar

Space.com
Traducción de Ciencia Kanija
23/12/09

Voyager y heliosfera

Nuestro Sistema Solar está pasando a través de una nube de materia interestelar que no debería estar ahí, dicen los astrónomos. Y ahora las naves Voyager con décadas de antigüedad han ayudado a resolver el misterio.

La nube se conoce como la “Pelusa Local”. Tiene aproximadamente 30 años luz de longitud y es una tenue mezcla de átomos de hidrógeno y helio, de acuerdo con un comunicado de la NASA publicado hoy. Las estrellas que explotaron cerca, hace aproximadamente 10 millones de años, deberían haber dispersado la Pelusa.

¿Entonces qué la mantiene en su lugar?



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“Usando datos de las Voyager, hemos descubierto un potente campo magnético justo fuera del Sistema Solar”, explicó Merav Opher, Investigador Invitado en Heliofísica de la NASA procedente de la Universidad George Mason. “Este campo magnético mantiene unida la nube interestelar ["La Pelusa"] y resuelve el viejo misterio de cómo puede existir”.

La Pelusa está mucho más magnetizada de lo que cualquiera hubiese sospechado anteriormente”, dijo Opher. “Este campo magnético puede proporcionar la presión extra requerida para resistir la destrucción”.

Opher y sus colegas detallan el descubrimiento en el ejemplar del 24 de diciembre de la revista Nature.

Las dos sondas Voyager de la NASA han estado saliendo a toda prisa del Sistema Solar durante más de 30 años. Ahora están más allá de la órbita de Plutón al borde del espacio interestelar. Durante la década de 1990, la Voyager 1 se convirtió en el objeto hecho por el hombre más lejano en el espacio.

Las naves Voyager, yendo en sentidos opuestos, han revelado entre otras cosas que la burbuja alrededor de nuestro sistema solar está aplastada.

“Las Voyagers no están en realidad dentro de la Pelusa Local”, dijo Opher. “Pero se están acercando y pueden sentir qué es la nube conforme se aproximan”.

La Pelusa se mantiene justo más allá del borde del Sistema Solar gracias al campo magnético del Sol, el cual está inflado por el viento solar en una burbuja magnética de más de 10 mil millones de kilómetros de diámetro. Conocida como “heliosfera”, esta burbuja protege en Sistema Solar interior de los rayos cósmicos galácticos y las nubes interestelares. Las dos Voyagers están situadas en la capa más externa de la heliosfera, o “heliopausa”, donde el viento solar se ve frenado por la presión del gas interestelar.

La Voyager 1 entró en la heliopausa en diciembre de 2004. La Voyager 2 la siguió en agosto de 2007. Estos cruces proporcionaron datos clave para el nuevo estudio.

Otras nubes interestelares podrían también estar magnetizadas, imaginan Opher y sus colegas. Y podrían finalmente llegar a algunas de ellas.

“Sus potentes campos magnéticos podrían comprimir la heliosfera incluso más de lo que lo está ahora”, de acuerdo con la NASA. “Una compresión adicionar podría permitir que más rayos cósmicos alcanzaran el Sistema Solar interior, posiblemente afectando al clima terrestre y la capacidad de los astronautas para viajar con seguridad a través del espacio”.

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