jueves, 19 de agosto de 2010

Chile - El Maipo: un supervolcán de pura cepa

Patricia Sruoga
MDZ
19/08/10

La historia del Maipo comenzó hace 150.000 años atrás y evidencia que sufriò erupciones explosivas de gran envergadura.

La vulcanóloga explica cómo se evalúa la peligrosidad de este volcán a través del monitoreo químico del magma y del inventario de erupciones en tiempos recientes y por qué se lo categoriza como un "supervolcán" debido a su inconfesable origen catastrófico.
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Cada año, desde los últimos días de diciembre hasta las primeras nevadas de marzo o abril, la Reserva Laguna del Diamante abre sus puertas como un espléndido teatro natural, donde la belleza despojadamente andina juega un rol protagónico.

Durante los fines de semana la zona se puebla de pescadores ceremoniosos, audaces montañistas y visitantes desprevenidos. Cada turista que llega a la reserva no lo hace porque “me quedaba de paso” sino como un destino ya que sabe que ese es el fin del viaje.

Cada ser humano acarrea un propósito: cumplir el desafío del ascenso a la cumbre, practicar la pesca deportiva y eventualmente atrapar la mejor pieza o ejercitar la contemplación del paisaje y sus intrépidos habitantes, los guanacos.

Muy probablemente, pocas personas sospechen que el volcán Maipo está activo y que puede entrar en erupción sin previo aviso. Otros volcanes de los Andes, como el Peteroa y el Copahue, enarbolan su status rugiendo fumarolas desde el cráter y derramando aguas termales a sus pies. En contraste, el Maipo guarda celosamente su secreto y ofrece una postal de apacible calma cuando la verdad es que en sus entrañas arde un caldero que nunca termina de vaciarse.

El Maipo: un supervolcán

A partir del año 1997, desde el SEGEMAR (Servicio Geológico y Minero Argentino) comenzamos a trabajar en la reserva y zonas aledañas con el fin de reconstruir la historia geológica de la región y la actividad eruptiva del volcán Maipo.

En aquel momento, queríamos etiquetarlo, es decir establecer su status en función de la edad y frecuencia de las erupciones pasadas, así como también del tipo, magnitud y composición química de los productos arrojados en el transcurso de su historia. Actualmente perseguimos el objetivo de evaluar su peligrosidad a través del monitoreo químico del magma y del inventario de erupciones en tiempos recientes.

Así como la identidad de los pueblos es el sombrero del esqueleto histórico y para apreciarla es necesario conocer su pasado, el estado actual de un volcán debe rastrearse en su historia de violencias. El volcán Maipo puede ser categorizado como un "supervolcán" debido a su inconfesable origen catastrófico, y desde esta rama podría reclamar un parentesco con Yellowstone o Long Valley en Estados Unidos.

Así es, la construcción del volcán representa apenas un capítulo más, aunque no el último, de una historia que comenzó 150.000 años atrás. Este dato es muy reciente y conmocionante ya que no sólo difiere del anterior en 300.000 años sino que eleva exponencialmente la eventual amenaza.

Más allá de los vaivenes de los resultados analíticos, la evidencia aportada por la memoria inalterable de las rocas relata que donde hoy se espeja el Maipo, tuvieron lugar erupciones explosivas de gran envergadura. Centenares de kilómetros cúbicos de material incandescente fueron arrojados en forma de nube ardiente, provocando el colapso del terreno debido al súbito vaciamiento de una cámara magmática situada a menos de 5 kilómetros de profundidad.

Tremendo cataclismo resulta en la formación de calderas, fenómeno devastador raramente observado en tiempos históricos, salvo si se rescata el mudo testimonio de las ánforas minoicas que reposan en el fondo del mar Egeo luego de la formación de la caldera Santorini en Grecia.

La caldera Diamante no sepultó civilización milenaria alguna pero produjo cambios muy importantes en la antigua geografía, tales como el relleno de profundos valles y la formación de nuevas planicies. Nada quedó como antes…

La erupción más violenta en los últimos 500.000 años

Actualmente, la laguna Diamante ocupa la parte más baja de la “palangana” y es posible rastrear los restos de los materiales volcánicos en Argentina y Chile, en un área de 23.000 km2. En Chile se puede hallar pómez con “ADN Diamante” en los valles cordilleranos, en el valle Central, en el aeropuerto de Santiago e incluso a lo largo de la costa pacífica. En Argentina, los límites aproximados de propagación de estos materiales se encuentran entre la latitud de la localidad de Pareditas, al Norte, y el valle del río Diamante, al Sur, y se habrían encauzado como flujos a lo largo de los ríos del Rosario, Yaucha y Papagayos para luego colmatar los valles y generar una vasta planicie de pómez en el piedemonte mendocino.

Sin duda, fue un evento eruptivo de muy corta duración y gran magnitud. Un modo de clasificar las erupciones volcánicas es calculando el índice de explosividad, con un rango de 1 a 10, para este caso particular ha sido estimado un valor de 7. Debido a estas características ha sido considerada como ¡la erupción más violenta que tuvo lugar en Mendoza en los últimos 500.000 años!

Al amparo de los beneficios que otorga el tiempo y el olvido, el pasado violento se ha reconvertido en presente pacífico y futuro promisorio. En efecto, la pómez en abundancia se ha tornado objeto de explotación minera con aplicaciones en la industria textil, cosmética y como filtro natural Las principales canteras se hallan situadas a lo largo de la ruta nacional 40.

La construcción del volcán Maipo comenzó apenas 50.000 años después y a lo largo de su longeva historia de 100.000 años acusa un comportamiento jalonado por cambios severos de temperamento, desde erupciones explosivas hasta otras más tranquilas caracterizadas por la emisión de coladas de lava. Sin embargo, el común denominador es el escaso volumen, como resultado de la baja provisión de magma en profundidad.

¿Qué tipo de erupción cabe esperar?

Todos los estudios realizados y aquellos planificados para el futuro tienen como objetivo fundamental contribuir a predecir el comportamiento del volcán ante una eventual reactivación.

En función de la conocida premisa “el comportamiento futuro depende de la actividad pasada”, la pregunta que se impone es ¿cómo sigue la historia? O, en otras palabras, ¿qué tipo de erupción cabe esperar? ¿Un evento explosivo y catastrófico como el ocurrido hace 150.000 años o el derrame tranquilo de lava por los flancos del volcán con alguna reducida explosión asociada como ha venido sucediendo en los últimos 100.00 años?

En ese ejercicio intelectual que consiste en confrontar los datos que revisten el carácter de evidencia insoslayable con aquellos enredados en los tules de la hipótesis, la pregunta formulada permanece sin respuesta.

Echando mano a la cautela y abandonando el terreno fangoso de la especulación, es posible afirmar que la cocina de la tierra continúa encendida, en posición “piloto”, su desplazamiento a “máximo” depende de una compleja y poco predecible interacción de variables geodinámicas y tiempo.

Patricia Sruoga es vulcanóloga, científica del CONICET, especialista en el sistema Planchón-Peteroa y en el volcán Maipo.

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