El Correo Digital
13/06/08
Vitoria mira de nuevo al Zadorra con preocupación y sigue en alerta por las lluvias mientras se esfuerza por tratar de volver a la normalidad tras sufrir en la tarde del martes y en la madrugada de ayer miércoles las peores inundaciones que se recuerdan en la zona sur de la ciudad en los últimos 35 años. Aunque no ha habido que lamentar desgracias personales, la tremenda riada provocó momentos de auténtico terror y los bomberos tuvieron que rescatar a siete personas cuya vida llegó a correr peligro. Eso sí, las pérdidas son millonarias, aunque las instituciones no se atrevieron ayer a ofrecer un primer balance siquiera provisional. Cientos de vitorianos y residentes de los pueblos afectados dedicaron el día después de la tromba, junto a los bomberos, a retirar toneladas de barro y a recoger miles enseres destrozados por el agua.
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La Ciudad Jardín, Errekaleor y Puente Alto, en el casco urbano de Vitoria, y los pueblos de Mendiola, Elorriaga, Monasterioguren, Otazu, Arcaya, Gámiz, Bolívar y Ullíbarri de los Olleros sufrieron dos riadas con un intervalo de apenas siete horas que se llevaron por delante muebles y electrodomésticos de casas, garajes y negocios hosteleros, coches, huertas y fábricas. Ayer 70 afectados presentaron denuncias en las oficinas municipales por daños.
Varias carreteras, entre ellas la N-104 -que une Vitoria con la N-1 a través de Arkaute-, la A-132, que conduce a Estella, y todas las locales que conectan los pueblos afectados estuvieron cortadas durante horas. Tras la segunda tromba, que se produjo a primera hora de la madrugada de ayer, también quedó impracticable la Avenida de Gasteiz a la altura del puente de la calle Castilla, que tuvo que ser cortada. Muchos bajos de la Ciudad Jardín quedaron anegados y el agua produjo un cortocircuito en un transformador de la calle Fray Francisco que dejó sin luz durante más de 12 horas a vecinos de las calles adyacentes.
Refuerzo de Bomberos
La situación a partir de la segunda riada se hizo tan crítica que el turno de bomberos de Vitoria tuvo que ser reforzado con 29 efectivos y una decena de vehículos de los parques de Vizcaya y Guipúzcoa, y de los ayuntamientos de Bilbao y San Sebastián. «Su ayuda ha sido fundamental», dijo el alcalde Patxi Lazcoz, quien «alabó la coordinación» entre Policía Local y Ertzaintza a través de SOS Deiak.
Dos matrimonios que vieron su casa arrasada por el agua tuvieron que ser realojados en hoteles de la ciudad. Otros afectados prefirieron pernoctar en el domicilio de familiares.
Los daños son muy importantes en el sector agrícola, especialmente para el cereal y la patata. El diputado general, Xabier Aguirre, que visitó las zonas afectadas, lamentró las «pérdidas, pero sobre todo la angustia que nos han mostrado muchos agricultores».
El agua anegó también las instalaciones deportivas de Gamarra. Aun así abrirán el 16, aunque con algunos espacios cerrados.
A pesar de los avisos de fuertes lluvias en La Llanada que lanzó a las 14.00 horas la Agencia Estatal de Meteorología, que preveía tormentas importantes con episodios de unos 15 litros por metro cuadrado -que a las 17 horas subieron a 20 litros, alerta amarilla-, la magnitud de la tromba, su virulencia, sorprendieron a todos. El alcalde Patxi Lazcoz lo explicó como una catástrofe natural, «una gota fría, un fenómeno excepcional. Hemos tenido la mala suerte de una acumulación muy fuerte de precipitaciones en el peor momento y en el peor sitio. Ha sido lo mismo que ocurrió en Getxo el 2 de junio. Sabemos que un círculo nuboso se mueve por una amplia zona pero, igual que una ruleta rusa, no sabemos a quién le va a tocar», resumió.
A juicio del regidor socialista la situación creada por la gota fría fue «impredecible e inevitable». De hecho, la Agencia Vasca de Meteorología registró durante la tormenta 50 litros por metro cuadrado en Alegría, 40 en Arkaute y 38,8 en el monte Kapilduy, las estaciones más cercanas a las cabeceras de los ríos de los Montes de Vitoria donde comenzó la primera tromba, sobre las cuatro de la tarde. El director de Seguridad Ciudadana, Pedro Anitua, aseguró que no se sabía «el volumen de agua que había caído realmente».
Con la resaca de la catástrofe, también llegaron algunas voces críticas como la de dos empresarios de Elorriaga que se vieron «solos» y echaron en falta «la ayuda institucional». Hubo quien cuestionó la nueva urbanización de Salburua próxima al río Errekaleor. Un vecino se preguntó si la riada hubiera sido tan devastadora sin el nuevo barrio.
viernes, 13 de junio de 2008
España: pérdidas millonarias en una inundación «impredecible», según Lazcoz
Etiquetas: Europa, inundaciones y tormentas
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