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25/07/08
Algunas glorietas del centro de Matamoros, ciudad costera localizada a sólo 10 metros sobre el nivel del mar, quedaron convertidas en albercas. Foto: Reuters
En lo que va del periodo de lluvias del presente año, 548 municipios del país han solictado que se emita una declaratoria de emergencia debido a los desastres ocasionados por las precipitaciones, de las cuales se han aceptado 152, informó el titular de la Comisión Nacional del Agua (Conagua), José Luis Luege Tamargo.
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Los 548 municipios que entre junio y julio han resentido los embates de 14 ondas tropicales, siete ciclones en el Océano Pacífico y cuatro por el Atlántico representan una cuarta parte de los 2 mil 438 demarcaciones con las que cuenta el país.
Durante una visita por Villa de Allende, Estado de México, para supervisar las obras de mantenimiento del Sistema Cutzamala, Luege añadió que en el mismo lapso se recibieron 252 peticiones de declaratorias de desastres naturales, de las cuales 94 fueron aprobadas.
Al estado que más declaratorias de emergencia le ha autorizado la Secretaría de Gobernación es Oaxaca, con 40 municipios; le siguen Veracruz y Tamaulipas (donde el desbordamiento de los ríos Pánuco y Tamesí dejaron cientos de damnificados), con 38 y 29 municipios afectados, respectivamente.
Otros de los estados que más acceso tendrán a los recursos del Fondo Nacional de Desastres Naturales son San Luis Potosí, donde once municipios tienen viviendas e infraestructura colapsadas, Tabasco (seis), Hidalgo (tres), Colima (dos) y Zacatecas (uno), cuya gobernadora, Amalia García Medina, solicitó la declaratoria de desastre para Tlaltenango, cuyas carreteras y caminos fueron arrasados la semana pasada por las crecidas del río Jaloco.
Por lo pronto, el presidente Felipe Calderón ordenó ayer el despliegue de un mayor número de elementos federales, así como de insumos para apoyar a los afectados en Tamaulipas por el paso de huracán Dolly, que durante la tarde de ayer se degradó a depresión tropical y ha causado intensas lluvias en Nuevo Laredo y los estados de Nuevo León y Coahuila.
En un comunicado, la Presidencia informó que instruyó para que la Comisión Federal de Electricidad (CFE) despliegue mil trabajadores, 420 vehículos, dos helicópteros, plantas de emergencia y los equipos e insumos necesarios para restablecer el suministro de energía, sobre todo en la ciudad de Matamoros, donde más de cien colonias permanecían inundadas debido a la falta de bombeo de las aguas pluviales.
Por su parte, el Centro Nacional de Vigilancia Epidemiológica y Control de Enfermedades (Cenavece), envió a personal calificado a la zona tanto para atender a las personas que se encuentran en albergues, como para que visiten las comunidades afectadas y evitar así posibles brotes epidemiológicos.
La Comisión Federal para la Protección contra Riesgos Sanitarios (Cofepris) se trasladó a la entidad para evaluar la situación, enfocándose a la vigilancia de la calidad de agua de la red, la cual se encuentra clorada, y reporta que no hay afectación a infraestructura sanitaria.
Calderón y el gobernador de la entidad, Eugenio Hernández Flores acordaron la creación de un Comité de Evaluación que realice un diagnóstico “minucioso” de la situación y de acuerdo con los lineamientos establecidos en el Fondo de Desastres Naturales se emprendan acciones coordinadas para ofrecer apoyo a los afectados.
El paso de Dolly dejó al menos un muerto en la ciudad de Matamoros, donde los residentes caminaban el jueves con el agua y el lodo hasta las rodillas para evaluar los daños.
La policía de Matamoros informó que un hombre no identificado falleció al pisar un cable de electricidad derribado por los vientos. Los cables seguían siendo el mayor peligro en las zonas afectadas, tanto en México como en Estados Unidos.
El suministro de electricidad se restableció en buena parte de la ciudad. Las gasolineras y las fábricas reabrieron, mientras unos dos mil 500 policías y soldados patrullaban las calles para impedir actos de saqueo. Muchas de las 13 mil personas que se habían refugiado en albergues volvieron a sus hogares.
En Nuevo Laredo, las autoridades dieron a conocer el saldo blanco de la alerta roja ante la llegada de la tormenta tropical Dolly, a las 10 de la mañana, con vientos de casi 80 kilómetros por hora y lluvias torrenciales que provocaron inundaciones en un gran número de colonias.
Sólo 464 personas fueron refugiadas en albergues que se abrieron desde las siete de la mañana para dar cabida a quienes no tenían un lugar seguro donde resistir los embates de la tormenta.
En el extremo noroeste de Tamaulipas dejó de llover a las cuatro de la tarde. El alcalde Ramón Garza Barrios había declarado alerta roja y habló de un radio de Ramón Garza Barrios había declarado alerta roja y habló de un radio de daño de más de 50 kilómetros a la redonda.
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