Los Andes
13/05/08
El Peteroa manifiesta una intensa actividad fumarólica según investigadores del ICES (Centro de Estudios de la Tierra) que monitorean las variaciones de uno de los volcanes más activos de la provincia.
Cabe destacar que en este cerro se encuentra el conjunto volcánico Planchón-Peteroa, ubicado en la cordillera, en el límite argentino-chileno a 90 km de la ciudad de Malargüe.
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"Alrededor de 16 fumarolas hacen visible una intensa actividad en el volcán argentino Peteroa", afirmó el investigador del Ianigla Darío Trombotto quien, sin embargo, no aventuró opinión sobre la posibilidad de una erupción como el Chaitén en Chile. Sí habló de la conciencia que debe formarse en la población, al menos la más cercana y en la zona sur de la provincia sobre posibles erupciones.
Posibilidades de erupción
Según estudios realizados por expertos de la Argentina y Chile, habría dos centros volcánicos: el más antiguo, el del cerro Peteroa y el más joven el del Planchón. Si éstos hicieran una erupción mayor que la registrada en 1991, el peligro más importante sería la caída de tefra (comúnmente llamada ceniza volcánica) hacia áreas que se ubican al sureste del volcán, es decir, el sur de Mendoza, por la dirección predominante de los vientos que es de oeste a este.
"Actualmente, el Peteroa sigue mostrando una intensa actividad volcánica visible a través de numerosas fumarolas, (alrededor de 16), que son bocas de emisión de los gases volcánicos en el fondo de dos cráteres, y por fisuras superiores, en donde no hay más hielo y por donde es notable la expulsión de gases de azufre (bióxido de azufre probablemente) reconocibles por el olor. También se observan lagunas y zonas de derretimiento del hielo glaciario que aparecen y desaparecen infiltrándose en los cráteres, en donde el agua es expulsada como vapor de agua" según lo expresado por Trombotto.
Agregó que en la parte superior del complejo volcánico hay 10 cuerpos glaciarios importantes, con una extensión variable: "La actividad volcánica permanente y el retroceso de los glaciares se relacionan con la neoformación de permafrost, (que es el suelo permanentemente congelado), que está concentrado sólo en el interior del cráter y en las pendientes externas cercanas a la presencia de lenguas de hielo glaciario".
Historia de erupciones
Desde comienzos siglo XIX se produjeron cerca de 290 erupciones volcánicas en los Andes argentino-chilenos, incluida la última del Chaitén.
A pesar de esto es escasa la conciencia que existe de las amenazas volcánicas, sobre todo si se tiene en cuenta la erupción del volcán Quizapu que en 1932 cubrió de cenizas no sólo del sur de Mendoza, sino también a sectores de La Pampa, Buenos Aires, sur de Montevideo e incluso una fina capa llegó hasta Sudáfrica, transformándose sin duda en la más potente de los últimos 200 años en los Andes del sur.
Investigación
Por estos motivos, desde el año pasado, se instaló en Malargüe, el ICES (Centro Internacional de Estudios de la Tierra), dedicado especialmente al estudio y monitoreo de volcanes, y que ya cuenta con profesionales locales y de otros centros de investigación abocados a ésta y otras actividades científicas.
Estos geólogos también sostienen que una erupción prolongada de cenizas podría provocar contaminación química de plantas, afectar la fauna y el ganado doméstico del lado argentino, además de contaminar las aguas de los ríos Claro (Chile) y Valenzuela -afluente del río Grande-, alterando la calidad del agua que utilizan los pobladores y el ganado de estas zonas. Un efecto directo en los habitantes serían las enfermedades respiratorias similares a las que padece el pueblo de Esquel en este momento.
Recordaron que en febrero de 1991 el Peteroa tuvo una pequeña erupción en la que se formaron tres cráteres. Fue una erupción acompañada de abundante vapor de agua y azufre, con pulsos densos menores de ceniza.
La columna eruptiva promedió los 400-700 metros de altura y pocas veces superó los 1.000 metros sobre el cráter.
La dispersión de la pluma se produjo a una altura de 5.000 a 6.000 msnm hacia el este y noreste, en territorio argentino, cubriendo una zona de 80 km de largo por 30 km de ancho. Esto originó aumento de turbidez y descenso del ph en el agua de los ríos Claro y Teno.
No obstante, y de acuerdo con el estudio realizado por este equipo de investigación argentino-chileno, el volcán podría emitir otros productos, aunque la posibilidad de que ocurran es muy baja en siglos: éstos serían: flujos de lava, formación de lahares que afectarían el lado chileno por la pendiente. En tanto que la posibilidad de flujos u oleadas piroclásticas que se encauzarían posiblemente por los valles, también es escasa en siglos así como los flujos de detritos volcánicos que se generarían por colapso del edificio volcánico.
Para investigar estas características de los ambientes y la ecología de las zonas frías de este conjunto volcánico fueron instalados en el verano del 2006/7 dos dataloggers (termómetros especiales) en el suelo (20 y 45 cm) y otro para medir temperatura del aire (a 1,5 m) en el borde este de la caldera del Peteroa, manifestó el especialista.
martes, 13 de mayo de 2008
Argentina: intensa actividad de un volcán en Malargüe
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